Los secretos que aplican las empresas para la promoción cultural con el vídeo en 3D: caso Walt Disney

A quien no le gustaría poder observar todas las maravillas del mundo, todos los eventos culturales creados para poder dejar al espectador boquiabierto, ese valor añadido, es esa diferencia que hace que el consumidor elija ver ese evento, este es el motivo por el que los clientes consumen unos contenidos antes que otros, la digitalización de los contenidos visuales ha hecho que se puedan ver todos estos valores y se pueda promocionar un producto mediante la pantalla o en directo en algún lugar viendo un espectáculo, la facilidad que nos da hoy en día poder consumir valores culturales es infinita, quien no puede disponer hoy en día del teléfono móvil, tableta electrónica, la televisión, mediante todos estos dispositivos se puede acceder al contenido que se desee.

La definición de cómo puede ser el modelo de integración de lo digital y lo tradicional no es única del sector de los monumentos históricos. El resto de las expresiones culturales viven con la misma incertidumbre, y también con la misma pasión, cómo abordar nuevos caminos que les permitan afianzarse y ser referentes en la forma en que aportan valor a la experiencia cultural.

Dentro del ámbito del sector cultural, se hace necesario evolucionar y tomar impulso para adaptar la oferta, el contenido y la experiencia al nuevo modelo de entretenimiento que estamos viviendo. Si bien se participa en las actividades culturales en cualquiera de sus expresiones como momentos de ocio o de relax, hay que reconocer que estamos inmersos en una sociedad en que la oferta de entretenimiento crece de forma considerable. La decisión de leer un libro, asistir a una obra de teatro o ver una exposición compite de forma directa con otras alternativas como ver una película, jugar con la videoconsola o navegar en Internet sin un rumbo fijo. Esta cantidad de opciones obliga a todos los integrantes que participan en el proceso de creación cultural a ser más innovadores y creativos que nunca, a diferenciarse y adaptarse a las demandas de un consumidor cultural cada vez más existente, para conseguir atraer su atención.Hasta hace unos años se consumían contenidos culturales que estaban, más o menos, establecidos. Se podría decir que era una comunicación intelectual de una sola dirección: el creador de la obra mostraba su resultado y dejaba que fuera el consumidor el que la disfrutara. El espectador o lector no había participado en ningún momento de la idealización o creación. Simplemente estaba ahí, y la contemplaba con todo el respeto y admiración posibles. En cualquiera de sus expresiones artísticas, e independientemente de su lugar de preferencia, hemos ido construyendo nuestras referencias culturales a través de unas experiencias que nos resultaban más afines o no. El deseo de curiosidad, la belleza, la inquietud, la necesidad de saber, vivir una historia diferente son algunos de los motivos que conectan a los consumidores con las obras.

¿Por qué es tan importante el consumo de vídeos y de promoción?

Si hablamos del contenido en tres dimensiones, es necesario mencionar el canal en el cual los consumidores visualizan estos contenidos de vídeo 3D. Hoy en día ya no es importante, es fundamental ya que la generación que tenemos actualmente, De acuerdo con un estudio reciente, la “dieta de vídeos” de hoy día entre los jóvenes de entre 13 y 24 años ya no es sólo un aperitivo, ha pasado a ser el menú entero, los jóvenes estaban viendo más YouTube que la televisión, y que se identifican con las estrellas de vídeo online mucho más de lo que lo hicieron con la televisión tradicional o personajes de películas.